Dicen que hoy es un día de mágica noche en la que la Luna es más grande que otras veces y brilla como un sol lejano. Quizá sea verdad que pidiendo deseos y saltando una hoguera, lo peor cambie y consigamos hacer realidad los sueños...No sé; pero hoy recuerdo especialmente que, cuando hace ya muchas lunas yo vivía en la edad de la inocencia, le escribí a la Luna de mis Sueños; porque yo era una niña buena que quería ir hasta su casa y llevarle un trozo de pan y una jícara de chocolate al anciano que ella se había tragado junto a su burro y un haz de leña… Así fue que preparé un atillo donde metí también unas florecillas secas. Salí corriendo de casa hasta que los zapatos de charol negro se llenaron de agua y barro de un charco cercano…En él se reflejaba la Luna y creí haber llegado…Le entregué mis regalos que nadaron un rato con el vaivén del viento; se ondulaba el agua y vibraba la noche clara reflejándose también la niñez de mi cara y los rizos negros en el fondo de la charca. Extendí la mano queriendo acariciar los ojos de la Luna sin pestañas, pero todo se deshizo como agua entre los dedos: el pan, el chocolate y mis ansias…Aunque nunca se tragó el desengaño la magia; ni la ilusión que me produce inventar historias, sea en San Juan o una noche de tantas…
4 comentarios:
Aunque no comparto esa tradición en esa noche. Siento que hace muy poco tiempo, antes que la luna fuera ollada por el hombre, aún encerraba un misterio profundo y mágico. Tantas veces ha sido compañera de los solitarios e inspiración de los poetas. Como ahora, en esta creación, magistralmente descripta.(como siempre)
Tu pluma continúa teniendo la magia de la inosencia, y la puresa de tu corazón.
Roberto
Hola, Carmen guapa!!
Tú haciendo esta entrada tuya magistral (como todas, jeeje) y yo quitándome la vesícula.
Vuelvo por mis fueros después de días de dolores, físicos y psíquicos, del corazón por la pérdida final de mi tío, pero prometo que ya todo volverá a ser como antes. De hecho hoy ya sentí ganas de ver tu blog e incluso de poner algo en el mío, tan desangelado.
Un fortísimo achuchón, reina mora!
Querido Roberto; gracias por pasear por el Bosque de Luna Clara.
Siempre animando a mis palabrasy animando a seguir buceando en la inocencia.
Un abrazo.
Querida Marisa. Siento lo de tu tío pero ya está cumplido un tiempo de vida...Descansará en paz.
Y en cuanto a tu vesícula, pues me alegro que peses menos y rindas más... (lo digo por tu vuelta) Se te echaba de menos, y porque todo haya ido bien.
Nos escribimos por donde sea.
Besos.
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