sábado, 14 de mayo de 2011

EMBRUJO.

De nuevo apareces impetuoso, sin avisar, con ese comportamiento tan tuyo, como para demostrar que conservas las llaves de todas las puertas.


Lo haces con ese velo de frialdad que parece cubrirte por entero, dejando una mirada de hielo en nuestros desorbitados ojos, al encontrarse frente a tu implacable presencia gélida, que nos hace temblar y desplomarnos como meccano, en las inexpertas manos de un niño.  

Miramos hacia el cielo, implorando la respuesta, la explicación que justifique tu comportamiento, pero no llega. No está ahí, en la bóveda celeste, sino en lo más profundo de ti, en las entrañas, en las vísceras que llenan tu vientre y en la dureza que a veces nos muestras, sin paliativos; ejerciendo tu soberanía. Entras sin llamar, en todas partes, en las casas, vacías u ocupadas. Te cuelas como ladrón para socavar la propiedad, despojando a sus moradores de todo lo que encuentras a tu paso.

Siegas las rosas de los jardines que huelen a rosa y vida.

Pero yo, yo ni siquiera te culpo. Quizá es por todo lo que te amo. Aprendí a amarte desde mi primera conciencia, desde que supe que serías parte fundamental de mi vida. Que no podría existir sin ti. Porque igual que puedes quitar, entregas. Lo mismo que conviertes los pulmones en humo y el corazón en pena, eres capaz de entregarnos el oxígeno para respirar, para no sucumbir ante el olor nauseabundo que queda en el aire, cuando te llevas la vida dejándonos la muerte.

Tienes tantas contradicciones, que quizá por eso eres tan atractivo para mí.

Hoy, el viento trae briznas mojadas de hierba seca. Es denso y huele a polvo. Se oye el rumor que deja el llanto en el espacio, como olas que rompen en la orilla de arena convertida en barro. Y los ojos, los ojos se tiñen de negro con la huella que deja el insomnio en los rostros.

Pero sin embargo, no te culpo. ¿será porque te amo tanto?

De nuevo, la noche húmeda y fría, se cuela por las rendijas que abrió la mañana. Pero tampoco hoy vendrá el sueño que da paso a los sueños. Cuando amanezca, el miedo no se habrá disipado. La tarde se esconderá otra vez tras las sombras que deja el sol al ocultarse, y volverá la noche.

Otra noche.

Y así, día y noche, la vida se hará más dura, y costará seguir viviéndola en los momentos que todo es noche.

La radio, la prensa, la televisión, -que casi nunca veo para que no me destroce el entendimiento-, todas las mágicas formas de contarme tus cosas, ni siquiera hoy me hacen compañía. Pero ahí estoy, a su lado, con el oído presto y los ojos más abiertos que nunca, para comprender. Para imaginar qué hay en la guerra, tras la paz en la que me encuentro. Para saber qué se esconde tras la maravillosa vida cercenada por la muerte.

Y comparar. Y sentirme fuerte. Y sentirme viva.

Vuelvo a mirar al Cielo. No sé que hay ahí arriba, y si hay algo más arriba. Y qué hay más abajo de la Tierra. Me confieso ignorante. Desconocedora de todo misterio, porque los misterios nunca me enseñaron a saber que son… Si acaso sólo misterios. Cosa incomprensible… ¿Como son los misterios de la Naturaleza?...

Sí, creo que es eso lo que me enamora de ti. Tu misterio. El embrujo al que sometes a este sentimiento herido. Muerto tantas veces. Renacido las mismas. Y yo, que soy carne y sangre; risa y llanto, búsqueda y encuentro, me pierdo en ti, en tu insondable razón, y me pregunto y te pregunto… Pero no obtengo la respuesta… Pero te quiero, eso lo sé. Siempre te quise…

A ti, Planeta herido. Por encima de todo.

4 comentarios:

Lola Fassía dijo...

¡¡¡DA GUSTO, LARA!!! ADEMÁS DE PERMITIRNOS METERNOS EN TUS VIVENCIAS MÁS ÍNTIMAS, NOS HACES REFLEXIONAR DE FORMA POÉTICA SOBRE LA ACTUALIDAD MÁS CRUDA: ¡¡¡CUÁNTO DOLOR LE HABREMOS CAUSADO A NUESTRO POBRE PLANETA PARA QUE NOS LO DEVUELVA TAN CRUELMENTE... Y CON TANTA FRECUENCIA, DE UN TIEMPO A ESTA PARTE!!!... ¡¡¡CUÁNTO DOLOR!!!...

UN FUERTE ABRAZO,

LOLA.

Marmopi dijo...

Hay que ver todo lo que le debemos y lo mal que se lo hemos pagado. Son de lo más normales sus enfados por mucho daño que nos hagan. Yo estoy segura de que él ha sufrido y sufre mucho más de lo que nos hace pagar. Lo hemos destrozado. Y aún así, sigue siendo tan hermoso...
Bonitas palabras, Lara.
Besos

Mª Carmen Callado. dijo...

Querida Lola, por desgracia, así es. Lo repito una vez más. Somos mayoritariamente responsables de las irresponsabilidades que tantas veces se cometen en este Planeta que, de valorarlo en su justa medida, otro gallo cantaría. Seguro.
Nosotras intentaremos seguir cuidando el Bosque, porque en este, los árboles nos dejan seguir viéndolo.

Besos.

Mª Carmen Callado. dijo...

Gracias Marmopi. No hay nada mejor que la Naturaleza, su belleza, los dones que nos entrega. Ojalá, alguna vez este Planeta solo pudiera entregarnos sus bondades. Eso significaría que el equilibrio habría llegado.

Un abrazo.

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