lunes, 24 de junio de 2013

NOCHE MÁGICA.

 

Dicen que hoy es un día de mágica noche en la que la Luna es más grande que otras veces y brilla como un sol lejano. Quizá sea verdad que pidiendo deseos y saltando una hoguera, lo peor cambie y consigamos hacer realidad los sueños...No sé; pero hoy recuerdo especialmente que, cuando hace ya muchas lunas yo vivía en la edad de la inocencia, le escribí a la Luna de mis Sueños; porque yo era una niña buena que quería ir hasta su casa y llevarle un trozo de pan y una jícara de chocolate al anciano que ella se había tragado junto a su burro y un haz de leña… Así fue que preparé un atillo donde metí también unas florecillas secas. Salí corriendo de casa hasta que los zapatos de charol negro se llenaron de agua y barro de un charco cercano…En él se reflejaba la Luna y creí haber llegado…Le entregué mis regalos que nadaron un rato con el vaivén del viento; se ondulaba el agua y vibraba la noche clara reflejándose también la niñez de mi cara y los rizos negros en el fondo de la charca. Extendí la mano queriendo acariciar los ojos de la Luna sin pestañas, pero todo se deshizo como agua entre los dedos: el pan, el chocolate y mis ansias…Aunque nunca se tragó el desengaño la magia; ni la ilusión que me produce inventar historias, sea en San Juan o una noche de tantas…
 
 

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