domingo, 27 de enero de 2013

OLVIDO SUEÑA.


De la V Gala a Beneficio de los enfermos de Alzhéimer y otras demencias seniles, AFA-Tobarra. Cinco años dedicados a Olvido, que nos recuerda que no hay nada peor que una vida olvidada.

Alrededor de Olvido se reúne la familia que la acaricia en la ausencia. Pero para ella no son sus hijos, ni hermanos, ni el amor de juventud en el ocaso, sino extraños a los que, sólo por momentos, pone rostro y nombre desvaídos.

El día que comenzó todo, Olvido se olvidó de ella y abrió la puerta a la desdicha. El cambio que experimentaba, poco a poco, eran escapadas de su memoria por laberínticas calles desconocidas, para esconder su desvarío en portales oscuros.

Hoy, la calle sigue fría. La ausencia de sus recuerdos la ha convertido en nieve derretida entre las sombras. Sólo a ratos, una luz se cuela por los entresijos de la memoria de Olvido, iluminando el miedo oculto en los pliegues de su cuerpo.

A veces, una niña de rizos rubios y ojos grandes, sale a su encuentro y la lleva con sus amigos que la esperan para jugar y correr por la vereda. Le gusta reír con todo, comer chocolatinas y saltar a la comba. Pero no le dejan salir sola, sus mayores son muy pesados, siempre vigilándola, como si fuera a escaparse.

La voz más amiga la devuelve al salón envuelto en penumbra. Él, de ojos tiernos, le coge la mano y la besa. Tras los cristales, la noche se asoma con su traje oscuro y Olvido devuelve a su marido una mirada acuosa y un abrazo que se desliza, poco a poco, por la caricia, como agua entre los dedos.

Quiere irse a dormir, porque la magia aún la acuna en su descanso y la pasea por el jardín, entre risas y juegos de niños, junto a las flores que no se marchitan en el frío eterno de los veranos.

Olvido sueña, sueña y juega…

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