sábado, 16 de julio de 2011

KARM.

Como si fuera una reina, se paseaba por los jardines de su Palacio inventado.

Allí, se encontraba feliz rodeada del fresco aroma de las flores. 

Ronroneaban las gatas y los gatos marcaban el territorio de su deseo.

Miraba a la Luna que, de plata, dejaba ver su rostro claro de ojos pintados.

El, llegó a su lado poniendo en su boca palabras mágicas regalándole un beso.

Navegaron en ellos sus lenguas con sabor a chocolate.

... Y, dejó sus pensamientos en el Bosque  grabando la huella de sus pasos en la tierra.

Y no soy yo, es ella. Yo, yo sólo soy sus manos, su cabeza, las emociones y sus sentimientos. Somos dos y todas en nosotras...Y, lo sé, me hubiera gustado nacer poeta, si ya lo dice ella, o sea, yo...Pero no pudo ser...Si acaso, le siento Poeta a él, a ella, a los que son. Pero yo, sólo escribo desde mí, para ti, para él, para vosotros. Y me vuelvo Palabra y Verso. Y soy Jardin y Bosque.

Así me llamo, ¿lo recuerdas paseante solitario que te adentras silencioso en la clara espesura de este espacio?

Hoy, como ayer, como mañana, como siempre, me acuerdo de ella. De aquel día que quiso que yo, que ella, que las dos, nos llamáramos como algo en esa mi bella y amada en mi.  Que no es mía ni de ella. No es nuestra, pero cómo si lo fuera. Como es su nombre que sabe a jardín y huele a verso.

Ahora, ella también crece cada día en que se envuelve en sí misma. Como yo, porque somos lo mismo. Y un día, dentro de poco, recogeré sus frutos y nos alimentaremos con ellos las dos.

En español, el nombre común carmen se aplica a la quinta de veraneo con huerto o jardín. Heredados de los árabes la palabra y el concepto, procede de karm que significa viña.


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