viernes, 13 de agosto de 2010

JUEGOS FLORALES.




Ni en mis mejores sueños me lo hubiera imaginado.

Desde mi niñez, cuando los años de la inocencia eran inventos y juegos  y  la Luna llamaba poderosamente mi atención porque siempre me decía mi abuela que ella se había tragado a un hombre con su burro y un haz de leña, y yo decidí escribirles una carta porque quería ir a verlos de cerca, y me deshojaba mirando cada noche cuando ella, majestuosa y brillante, asomaba por el cielo, no me podía imaginar, que un día yo sería portadora de palabras de la mano de la prosa, para entregarlas…

Me descubrí un buen día escribiendo sin parar. Escribía de noche, cuanto todo dormía, excepto mi musa temprana de niña silenciosa. Hasta me escondía en la alacena con olor a pan y magdalenas. Me sentaba en una sillita de anea y, sin hacer ruido, me ponía en las rodillas la cuadriculada libreta de la escuela y sacaba punta al lápiz para comenzar con finos trazos y acabar engordando las letras que no podía parar…

Descubrí que no sabía escribir, porque no encontraba nunca el final para mi cuento que había comenzado con…-"Soy pequeña aún"... Porque me enrollaba tanto, yendo con la imaginación a todas partes, inventándome  profesiones sin parar, incluso vendiendo en la tienda imaginaria de ultramarinos que abrí, donde todos compraban pero nadie pagaba, (como una premonición de los tiempos en crisis) y todo, para tener una excusa para apuntar en la libreta el debe y el haber del negocio…Donde a cada vecina le anotaba que me debía la compra diaria…en un afán continuo de intentar, escribir, escribir y escribir…

Crecí y por mucho tiempo quedé varada en la orilla de las palabras. Y ni era capaz de leer. Hasta que el tiempo, en ese inexorable caminar, deja las cosas en su sitio y a nosotros con las cosas. Y retomé mi pasión por la lectura. Por perderme entre viajes y personajes. Dejé volar mi imaginación que se llevó el aburrimiento de muchos días y el ruido de tantos…Y volví a ser la niña silenciosa para oírme. Le puse voz a los días, recuerdos a mis años y emoción a lo que pasa a nuestro lado.

He escrito cosas para guardarlas. Relatos para este mundo de contar que convertí en mi particular Bosque Animado y, otros, para entregar a personas que se reflejaban en ellos y despiertan sentimientos dormidos…Y, ahora, dentro de unos días, seré la tercera mujer,  (frente a 29 hombres) en XXXII años  Mantenedora de los Juegos Florales, y la primera de mi pueblo, (todo un honor)...Un lugar de la Mancha de cuyo nombre yo si puedo y debo acordarme…Tobarra.

Ya tengo escrito lo que les diré a esas personas que sienten amor de letra y verso. Pero, sobre todo,  sé que les hablaré habiendo puesto el corazón en mis palabras.


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