viernes, 8 de octubre de 2010

DULCINEA.


Cansada de pasear por los caminos lúgubres de los conflictos, y ver cosas que no quería, un día decidí salir de casa con los ojos cerrados para imaginar tan sólo los motivos que por la calle pasaran. El castañazo fue de órdago; pues los pies se trastabillaron, las paredes rasparon mi nariz y las aceras dibujaron un siete en mi recortada falda. Cuando el asfalto había teñido de pisadas mis codos y la camisa descubrió los senos sonrosados y redondos, los botones cruzaron la calle al tiempo que una moto su paseo frenaba para no dibujar sus huellas en mi orgullo ni en el bolso.

La señora que tiraba de la cadena de su perrito y sujetaba a la vez un helado de frambuesa, me miró con cara de pachona y mostrando su desdentada boca  lanzo sus exabruptos  contra el ciclista que, desviándose del cuerpo que  en cuclillas se doblegaba, dibujaba espirales para no pasar por encima de mis ganas de que la tierra me tragara.

De pronto, un quijote me tendió su mano firme y tibia clavando sus cansados ojos en el escote de mi blusa, y yo, tímida y sonrojada, desvié la mano de rasguños aferrándome al ojal que yacía deshilado.
Me izó del adoquín, me tendió un pañuelo y haciéndome un mohín, mirando hacia la baldosa, comenzó con voz pastosa un poema para mí.

Mujer de blusa desfilachada
con dos naranjitas rosas
que asoman sin decir nada
pero danzan escandalosas.

Oh¡ no aparezcas botón
ni venga la aguja al hilo
ni a poner en el pezón
un  anudado pañuelo. 

Ante tal bello poema, yo sonrojé mi faz y alzándome en los tacones le espeté sin dudar un beso en sus barbas, luengas y despeinadas.

Él me miró asombrado, y atusándose las canas me lanzó unas palabras maceradas en el jugo de su verbo derramado.

Oh¡ desparramada señora¡ ¿que hacía en la plaza sin botones en la blusa y con la falda rasgada?

Yo, entornando los ojos de la avergonzada cara y moviendo las pestañas le miré sin doblegarlas.

¡Ah de mi¡ que me he caído de un guindo. Pensé que podría caminar sin ver  en la cara de la gente la pesadumbre enraizada. La huellas de los lamentos de la vecina enfadada. El color de la ira en los ojos que se clavan como dagas. Al mendigo que se mueve con el vino entre sus ansias. Al niño que descalabra con la ignorancia  que lanza…

Y…

No sigas, mujer…que aquí vengo a rescatarte de esas tristes caras y escupidas  palabras. Te subiré a mi montura y  galoparé por los campos y las playas, las montañas, las praderas y las huertas sembradas. Te compraré un vestido que puedas mover con gracia y cuando te sientas cansada podrás cogerte a la capa de su falda para remontar el vuelo por los cielos de La Mancha,  y me verás en las nubes rebuscando en mis alforjas para lanzar  a la tierra palabras que no cueste doblegarlas.
¡Anda, sube, y vayamos en busca de esas que tu no quieres que sean gritadas. Y dibujemos sonrisas en las caras enfadadas…
Y, ¿me permites que te llame como a una enamorada que tuve mientras soñaba y loco me llamaban?

Asentí dubitativa y  le oí  mientras galopaba ¡¡Dulcineaaaa…Dulcineaaa¡¡

Mis ojos se abrían lentamente mientras se desperezaba la mañana.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

"LARA, LO TUYO ES POESÍA EN PROSA. PRECIOSO.
CUÁNTOS ESCRITORES QUE PUBLICAN QUISIERAN ESCRIBIR LA MITAD DE BIEN QUE TÚ.
ES UN PLACER HABERTE DESCUBIERTO.
UN ABRAZO.
LOLA."

Mª Carmen Callado. dijo...

Gracias Lola. Eso que dices me ayuda a seguir creyendo que la mejor forma para llegar a hacer realidad los sueños, es seguir soñando.

Tengo tantas realidades para seguir soñando...que mientras, escribo.

Besos guapa.

rober.asher dijo...

Como es ya costumbre, tus escritos tienen mas de poemas que los poemas mismo...
Me asombra siempre tu forma de expreción y sobre todo tu capacidad de inventiva...
Solo me queda por desirte BRAVO!! amiga, continúa brindándonos tu talento hecho letra
Roberto

Marmopi dijo...

Lara, qué coco tienes! Qué envidia me das!
Tienes una forma tan especial de contar las cosas...

BiciHomoCustom. dijo...

A veces me dices que te gusta como escribo, realmente yo cuento lo que veo o lo que imagino..., per tu..., no se como definirlo, poesia sería escaso, insuficiente para tratar de definir lo que uno siente al leer textos como este..., a mi me ha encantado, excitado, sonrojado..., lo dicho, me ha encantado..., manchega.

Anónimo dijo...

"Cansada de pasear por los caminos lúgubres de los conflictos...." es atómico, me asombras cada vez que te leo. No te olvides de los bastones para salir a la cuesta...bella dulcinea!

Mª Carmen Callado. dijo...

Cuán agradecida queda esta Dulcinea de los sueños. Gracias por entrar al Bosque a envolver en papel de colores vuestras palabras.
Gracias por sonrojaros, excitaros, por los aplausos y los bravos de suerte y al toro...de las letras. Por ser el bastón de apoyo para seguir por la cuesta a veces empinada de la prosa.

Besos para tod@s.

Lola Romero Gil dijo...

Si lo malo es cuando Dulcinea se cree que es Aldonza Lorenzo...Eso le pasa por cerrar los ojos :)

Es broma, es que ando enfadada con los Quijotes estos días...Pero tú y tu texto no tenéis la culpa,sois muy bonitos los dos.

Besos.

Dias de lluvia dijo...

Querida LARA: He aprovechado un remanso de paz en mi mal creida ajetreada vida. Sigo pensando que aunque no te leyera, sabria en todo momento lo que llevas en ese interior tan escondido, que aparentemente no muestras. Tu imaginación será sin duda en su dia el sosiego que necesita nuestra gente, y tu verbo el instrumento que lo hará posible. Gracias por la musica escondida tras una vida que nace de la ilusion cada vez que escribes.
Un beso. La jefa accidental

Mª Carmen Callado. dijo...

Atlán querida, a veces es bueno cerrar los ojos, soñar, imaginar que se es lo que se quiere ser, para conseguir que, al despertar, podamos ser lo que podemos ser...
¡Vaya¡, hoy estoy así de realista...


Besos.

Mª Carmen Callado. dijo...

Mi canción versus mi jefa accidental, gracias por esas palabras. Por animarme a seguir y, sobre todo, por haber confiado tanto en mi para una causa cultural en la que no podíamos permitirnos fallar desde la forma de decir con sencillez de prosa lo que las palabras necesitan con fuerza comunicar.
Besos.

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